Los deudos de Keisy González solo exigieron justicia y conminaron a las autoridades a trabajar
MARÍA ISOLIETT IGLESIAS| EL UNIVERSAL
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Keisy Xabier González Lizcano, de 25 años, quería celebrar la noticia que su novia le había dado el viernes: ambos serían padres. Ella se acababa de enterar gracias a un test. Así que llamó a sus primos y a sus amigos más cercanos y coordinaron para encontrarse en el sitio que solían frecuentar. Ahí, en Draft, ubicado en el centro comercial San Ignacio, fue la cita. Todos llegaron y compartieron. A eso de las 2:30 de la mañana de este sábado, contó un testigo de hecho, alguien del grupo de Keisy tuvo un problema con un joven cuya edad oscila entre los 23 y 25 años, de tez morena, delgado y vestido con chemise blanca y gorra ladeada. Discutieron, gritaron, se golpearon, se lanzaron botellas, y el joven de la gorra se fue hasta su carro, sacó un arma y disparó. Keisy empujó a su novia para protegerla. La agarró un amigo. Él intentó correr, pero se cayó y ahí, el pistolero lo tiroteó. De acuerdo a la versión policial, al joven le dispararon dos veces; según la familia, fue el blanco de seis tiros. Otra versión da cuenta de que el problema nunca fue con alguna de las personas que estuvieran en el grupo de Keisy. Seis personas resultaron heridas. Mientras llevaban a Keisy hasta la sede de Salud Chacao, a los otros seis los trasladaban hasta el hospital Domingo Luciani de El Llanito. Keisy llegó ya muerto y los lesionados se recuperan. Camino de superación Keisy ya estaba cerca de lograr el título de Técnico Universitario en Contaduría Pública. Cursaba el quinto semestre en el Colegio Universitario de Administración y Mercadeo (CUAM) y solo le faltaba completar la tesis. Vivía en Capuchinos, en una habitación. Trabajaba como telemarketing en una agencia de viajes. Le había prometido a su mamá progresar para ayudar a su padres a mejorar económicamente. "Le prometió sacarla de Güigüe, Carabobo, donde viven tras la tragedia de Vargas", recordó un familiar. Keisy, sus hermanos y sus padres fueron de los que perdieron su casa en 1999 cuando buena parte de Vargas se inundó. Varios días estuvieron en una plaza, durmiendo en bancos y arropándose con periódicos. Un familiar los ayudó y les dio una casa en Carabobo. Keisy agradeció pero prometió superarse, por él, por sus padres y hermanos. Pero no le dio tiempo. Ayer lo mataron. Su cuerpo ingresó a la morgue de Bello Monte este sábado a eso de 8:45 a.m. Al ser registrado se le asignó el número 286/05. Eso significa que hasta esa hora del 18 de mayo habían rotado 286 cuerpos por la sala de autopsias de la medicatura capitalina.
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Keisy Xabier González Lizcano, de 25 años, quería celebrar la noticia que su novia le había dado el viernes: ambos serían padres. Ella se acababa de enterar gracias a un test. Así que llamó a sus primos y a sus amigos más cercanos y coordinaron para encontrarse en el sitio que solían frecuentar. Ahí, en Draft, ubicado en el centro comercial San Ignacio, fue la cita. Todos llegaron y compartieron. A eso de las 2:30 de la mañana de este sábado, contó un testigo de hecho, alguien del grupo de Keisy tuvo un problema con un joven cuya edad oscila entre los 23 y 25 años, de tez morena, delgado y vestido con chemise blanca y gorra ladeada. Discutieron, gritaron, se golpearon, se lanzaron botellas, y el joven de la gorra se fue hasta su carro, sacó un arma y disparó. Keisy empujó a su novia para protegerla. La agarró un amigo. Él intentó correr, pero se cayó y ahí, el pistolero lo tiroteó. De acuerdo a la versión policial, al joven le dispararon dos veces; según la familia, fue el blanco de seis tiros. Otra versión da cuenta de que el problema nunca fue con alguna de las personas que estuvieran en el grupo de Keisy. Seis personas resultaron heridas. Mientras llevaban a Keisy hasta la sede de Salud Chacao, a los otros seis los trasladaban hasta el hospital Domingo Luciani de El Llanito. Keisy llegó ya muerto y los lesionados se recuperan. Camino de superación Keisy ya estaba cerca de lograr el título de Técnico Universitario en Contaduría Pública. Cursaba el quinto semestre en el Colegio Universitario de Administración y Mercadeo (CUAM) y solo le faltaba completar la tesis. Vivía en Capuchinos, en una habitación. Trabajaba como telemarketing en una agencia de viajes. Le había prometido a su mamá progresar para ayudar a su padres a mejorar económicamente. "Le prometió sacarla de Güigüe, Carabobo, donde viven tras la tragedia de Vargas", recordó un familiar. Keisy, sus hermanos y sus padres fueron de los que perdieron su casa en 1999 cuando buena parte de Vargas se inundó. Varios días estuvieron en una plaza, durmiendo en bancos y arropándose con periódicos. Un familiar los ayudó y les dio una casa en Carabobo. Keisy agradeció pero prometió superarse, por él, por sus padres y hermanos. Pero no le dio tiempo. Ayer lo mataron. Su cuerpo ingresó a la morgue de Bello Monte este sábado a eso de 8:45 a.m. Al ser registrado se le asignó el número 286/05. Eso significa que hasta esa hora del 18 de mayo habían rotado 286 cuerpos por la sala de autopsias de la medicatura capitalina.
