Dos días pasó el pequeño atado a un palo. Tuvo que dormir a la intemperie en un ranchito del barrio Cardoncito I, parroquia Antonio Borjas Romero. A las 9.00 de la noche del domingo el pequeño, con ayuda de uno de sus hermanitos, logró zafarse de las cadenas y huir. Un vecino, al escuchar la historia del menor, llamó a la Policía, que se llevó detenido al padrastro. La madre de la víctima quedó en libertad
Diario La Verdad
Con una cadena gruesa, un tornillo y una tuerca José González sujetó, presuntamente, de una pierna a su hijastro de siete añitos a un palo en el patio de su casa, en el barrio Cardoncito I del sector El Samide, al oeste de la ciudad. El niño duró dos días sentado a la intemperie, debajo de un árbol y rodeado de escombros. El hombre y su pareja aseguraron a la Policía que lo encadenaron para que no anduviera en la calle.
La desesperación del pequeño conmovió a su hermanito de seis años, quien al ver que ya no podía moverse lo ayudó a zafarse de la cadena. Atemorizado, el pequeño corrió a refugiarse en la casa de un vecino. Le contó detalladamente por qué huía y este llamó a la Policía.
A las 9.00 de la noche las luces de las patrullas del Cuerpo Policía Bolivariano del Estado Zulia alborotaron la barriada. Un par de oficiales entró al rancho de latas, donde residen dos adultos y seis niños, y sacó esposado al hombre de 61 años. No opuso resistencia, pero admitió que el castigo lo impuso con autorización de su mujer. "Lo encadené para que no se escapara".
La Policía regional detalló en una nota de prensa que no detuvieron a la madre porque tenía que quedarse al cuido del resto de sus hijos. Esperan las medidas que tomará el Ministerio Público y el consejo de protección en cuanto al caso. A González lo llevaron a la comandancia policial, allí permanecerá hasta que haya una decisión en su caso.
Desconcierto
Los residentes de la parroquia Antonio Borjas Romero expresaron su desconcierto al enterarse del incidente. Los allegados aseguraron que González era un hombre bueno con sus hijastros. “Él es un señor muy correcto y los quiere mucho. Nunca le haría una maldad así a ninguno de esos pequeños que adora como sus propios hijos”, consideró Elizabeth González, vecina.
La mujer en su testimonio desmintió la hipótesis de la Policía y aseguró que fue la madre del pequeño quien lo encadenó, como una forma de amenaza para que le hiciera caso y no saliera más de su casa sin su consentimiento.
La comunidad manifestó que la familia González tiene viviendo en el sector más de 10 años y “nunca” habían notado una acción “tan agresiva o radical” en contra de sus hijos. Elizabeth reveló que el albañil dio agua y comida a su hijastro durante sus dos días encadenado.
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