La Policía detuvo en el procedimiento a uno de sus cómplices. Ambos pertenecen a la banda El Tren del Norte. Ayer en la mañana sepultaron a Leida Josefina Pérez, invitada a la celebración. Los tres heridos se recuperan
La Verdad
A uno de los asesinos de Leida Josefina Pérez Morillo (46), a quien tirotearon en una fiesta infantil en la urbanización Monte Bello, lo ultimaron ayer. Ronald Díaz, de 28 años, alias el “Ronita”, pertenecía a la banda El Tren del Norte.
La Policía científica dio con el escondite de los presuntos atracadores de la celebración ayer a las 3.00 de la tarde. Al "Ronita" y su hermano, Ríchard, de 26 años, los encontraron en una casa en la avenida C de la calle Ayacucho del barrio Santa Rosa de Agua, parroquia Coquivacoa. El primero murió en el tiroteo y al otro lo detuvieron.
Los funcionarios de la Policía científica señalan a los Díaz de estar vinculados con el asalto donde mataron a Pérez e hirieron a otros tres invitados. Los familiares de los hermanos los defienden.
Gabriela Aular, prima del abatido, contó que Ronald estaba “durmiendo cuando los efectivos llegaron a su hogar echando plomo parejo. Lo mataron. Ni tiempo le dieron para que se despertara”.
La comunidad se alzó al ver que sacaban el cuerpo del "Ronita" y lo lanzaban al cajón de una patrulla. Intentaron impedir que se llevaran a Ríchar, pero no pudieron. Al hombre lo subieron a golpes a otro vehículo.
Los policías indicaron que aún falta por detener a otros dos atracadores. Todos pertenecen a la banda El Tren del Norte.
Entre lágrimas
Unas horas antes del tiroteo, los Pérez se concentraron en la casa de Leida Josefina para su funeral. El último adiós se lo dieron en horas de la tarde en una ceremonia privada en el cementerio El Edén.
La familia no se resigna a la pérdida. Desconocen detalles de la investigación y de los criminales. Lamentan que a su pariente la mataran por una cadena de oro y un teléfono celular.
Alicia Mendoza, sobrina e hija de crianza, pidió justicia para su tía, a quien describió como una mujer excepcional, buena madre y excelente hija. “Ella no era una artista, tampoco estaba ligada a la política nacional y mucho menos una jueza o policía, pero igual exigimos justicia. Los cuerpos policiales deben hacer su trabajo”.
Tras sacar fuerza para declarar a los medios, la pariente se unió a su familia para llorar la forzosa partida de Pérez. A las 11.55 todos los presentes en la casa se levantaron tal y como si alguien hubiese dado una orden. Era la hora de salir al camposanto situado en la vía a La Concepción, donde las oraciones de despedida salían a un ritmo forzado por el llanto que entrecortaba cada palabra que salía de las bocas de los presentes.
La Policía está tras la pista de los otros dos involucrados en el asalto
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