Un detenido en el retén de Cumaná habría ofrecido un millón de bolívares para matar a Álvaro Jesús Mendoza en julio
Javier Ignacio Mayorca / El Nacional
Detectives de la policía judicial detuvieron a tres hombres por el asesinato y posterior decapitación de un taxista en Cumaná.
Jonathan José Salazar Márquez, de 25 años de edad; Ángelo José Salazar Patiño, de 21 años de edad, y César Alexander Alzolar Bardan, de 20 años de edad, permanecen detenidos imputados por el homicidio de Álvaro Jesús Mendoza Ferrer, un taxista de 29 años de edad.
El jueves 16 de julio en la tarde, Mendoza salió a trabajar por las calles de la capital de Sucre, en un Fiat Palio gris, placas MDF-881. Cuatro días después su cadáver sin cabeza fue encontrado en avanzado estado de descomposición en una zona boscosa adyacente a la planta de tratamiento de aguas residuales del sector El Peñón, en la carretera que comunica a Cumaná con Marigüitar.
Para ese momento las autoridades estaban advertidas sobre la desaparición del taxista. El cadáver no tenía ropa y algunas partes habían sido devoradas por animales. Lo encontraron al revisar los lugares cercanos a la última celda activada por su teléfono celular.
Los interrogatorios posteriores a las detenciones indican que los autores materiales del crimen, supuestamente arrojaron la cabeza de Mendoza junto con el machete utilizado para separarla del tronco hacia unos manglares cerca de la planta de tratamiento. El arma fue encontrada, pero no la parte superior del cuerpo de la víctima.
Sicariato. En el crimen contra el taxista participaron por lo menos cinco hombres. Durante los interrogatorios Salazar Márquez supuestamente señaló como autor intelectual a un detenido en el retén policial de Cumaná apodado Cara ‘e galleta, de quien solamente se tiene un número telefónico.
Ese preso habría ofrecido un millón de bolívares para terminar con la vida de Mendoza, pero hasta el momento no se ha precisado el origen de la rencilla.
Los investigadores trabajan para lograr la identificación plena del orquestador del crimen y de otro de los coautores, apodado el Yei.
La víctima mantenía frecuente comunicación por teléfono con el detenido que supuestamente orquestó y pagó por su muerte. Pero no se registraron contactos telefónicos entre el taxista y los homicidas.
Uno de los autores materiales del crimen, Salazar Márquez, fue condenado en septiembre de 2011 a 10 años de prisión por robo agravado contra un comerciante chino de Cumaná; 2 años después estaba otra vez en las calles, luego de haber obtenido un beneficio de destacamento de trabajo.
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