A propósito del caso del adolescente que mató a dos niños en Guarenas, rescatamos este trabajo donde se debelan datos de cómo la familia y educación influyen en la conducta violenta en los adolescentes.
Airam Fernández | Últimas Noticias
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"Maté al tipo porque me amenazó. Todo fue... casi... no te digo como... planeao, no, porque no planié nada, eso fue de pronto (...). Y lo quería matar, pues, porque la mente mía era esa, porque no me dejaba por nadie... Yo soy una persona que no me dejo montá' la pata por nadie... Tú no vas a poder más que yo pues, y yo no quería que me estuvieran sometiendo".
La cita corresponde a Juan Gabriel, un personaje real, de nombre ficticio, y uno de los protagonistas del libro Y salimos a matar gente, escrito por el psicólogo, filósofo y teólogo Alejandro Moreno Olmedo y publicado en 2007 por la Universidad del Zulia y el Centro de Investigaciones Populares en Caracas.
Con esta investigación, Moreno Olmedo logró definir el perfil y los códigos que manejan los asesinos venezolanos y lo relató a ÚN. "Los más jóvenes son los más peligrosos y su nivel socioeconómico no es un elemento que influya absolutamente en nada. Tiene que ver que son pobres, pero no es por pobres por lo que delinquen. ¿Por qué lo hacen? Delinquen porque quieren sobresalir, quieren adquirir lo que ellos llaman respeto. Y para ellos el respeto es imposición, miedo. Eso aplica para todos los delincuentes, y a los más jóvenes lo único que les interesa es la acción violenta", explica Moreno Olmedo y señala que todos los delincuentes y asesinos que él ha estudiado consumen drogas: "Ojo, no son drogadictos, pero han consumido alguna sustancia alguna vez, en alguna fiesta, o cuando van a cometer el delito, para sentirse más fuertes y valientes".
Moreno Olmedo reconoce que la violencia se ha agudizado desde el punto de vista cuantitativo, pero más que todo desde lo cualitativo, por la forma de cometer el delito. "Los motivos fútiles antes no eran muy recurrentes, pero ahora es lo que hacen todos. Es raro que maten de un disparo; matan de 14, de 15 balazos".
El sociólogo Roberto Briceño León indica que la edad del delincuente venezolano oscila entre los 15 y 25 años, aunque en algunos casos se ven de 13, 14 y hasta 12 años de edad.
Explica que se perfilan desde el odio y el resentimiento infundado por el abandono paternal; por un padrastro de turno que lo golpeó a él y a sus hermanos; por no tener acceso a la educación o por la necesidad de abandonar el liceo para ayudar en la casa y, de alguna manera, contribuir con la economía del hogar.
"Cuando todos estos factores confluyen, se crían seres humanos con potencial para vengar esa dura forma de vida que les tocó llevar. Así crecen los que matan persiguiendo un objetivo, o los que lo hacen sin razón aparente. Matan porque quieren y porque creen que pueden. Cuando no hay un propósito, simplemente el de accionar un arma, estamos ante una personalidad fuera de la norma, que 'pasa al acto', como se conoce en sociología y en psicología. Ese pasaje al acto es la brecha entre el decir y el hacer. En un momento de rabia, tú puedes decir que tienes ganas de golpear o matar a alguien; de ahí a que lo hagas hay un trecho largo, un muro de contención entre el deseo y la realización del deseo. Ese freno no lo tiene ningún asesino, por eso vemos tantos casos de homicidios por motivos fútiles", concluye.
Distintos crímenes:
Homicidios pasionales: Impulsados por motivos de amor convertidos en odio. Al mismo tiempo pasan a la venganza para cobrar una factura, en el caso de los "cachos". Este titular refleja lo pasional del crimen: "Asesinadas dos mujeres por sus maridos" (ÚN 12/01/2013).
Homicidios intrafamiliares: Se dan por abusos domésticos, aunque nunca se justifica la muerte: "Muchacho de 13 años mató a su madrastra" (ÚN 15/01/2013).
Homicidios por ajuste de cuenta o venganza entre bandas: Estos casos son los que más se ven en Venezuela. Recurrentes para controlar plazas por droga. Ejemplo: "Banda encapuchada asesinó por drogas a tres vecinos en 23 de Enero" (ÚN 2/01/2013).
Homicidios criminis causae: Se conectan ideológicamente con otro delito. En este caso es el robo. Ejemplo: "Lo mató por un BlackBerry". (ÚN 14/01/2013).
Homicidios por venganza transversal: Para dar muerte a un inocente, en lugar del culpable de un hecho. Ejemplo: "Mataron a dos adolescentes por equivocación". (ÚN 06/01/2013).
Homicidios por venganza simbólica: Los delincuentes recurren a este tipo de violencia para ponerse por encima de la autoridad, que en este caso son los policías. "Asesinado polinacional en la autopista Fajardo". (ÚN 19/01/2013).
Homicidios de ajuste social: Cuando toda una comunidad se mueve por un objetivo para tomar justicia por sus propias manos. Ejemplo: "Linchan a un agente del Cicpc tras abatir a choro". (ÚN 22/01/2013).
Fuentes: criminólogo Fermín Mármol G. y comisario Luis Godoy.