Los hermanos Sergio (9) y José Serrano (10) se desangraron debajo de una mata de mamón. Su vecinita (11) está grave en el hospital. El homicida y violador escapó. La comunidad de Ciudad Belén, en el estado Miranda, lo busca para lincharlo. Al parecer, no era del sector
Por Jéssika Ferrer Palma / laverdad.com
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Un violador torturó a tres niños, a dos los degolló y a otra la violó, le fracturó los brazos y la apuñaló en el abdomen. El desconocido sorprendió a los pequeños tumbando mamones en una trocha que comunica al sector Ciudad Belén con el barrio Guacarapa, sector Guarenas, en el estado Miranda, a la 1.00 de la tarde del pasado sábado. Quiso llevarse a la niña de 11 años, pero los hermanitos Sergio (9) y José Serrano (10) se le enfrentaron y en la lucha les cortó el cuello a los dos.
La niña quedó a meced del desconocido. Corrió, buscó donde esconderse, pero igual la alcanzó. En el forcejeo le fracturó los brazos y las manos. Ya indefensa y adolorida, abusó de ella en reiteradas oportunidades. Para que no escapara le clavó un cuchillo en el abdomen y la dejó malherida en una zona enmontada.
En un descuido, la pequeña escapó. Se arrastró hasta un puesto de la Guardia Nacional, a unos metros de donde los atacaron. Eran las 7.00 de la noche. Los funcionarios se sorprendieron de verla semidesnuda y ensangrentada suplicando ayuda.
Los uniformados llevaron a la víctima hasta el Seguro Social, de ahí a Pronto Socorro y luego al Hospital Domingo Luciani, donde permanece en estado crítico. Estuvo consciente durante todo el recorrido y pudo contar parte de lo sucedido.
La búsqueda de los hermanitos Serrano comenzó a las 9.00 de la noche y se extendió hasta 1.00 de la madrugada de ayer. Ambos estaban tal como lo describió la sobreviviente a los uniformados. Los cadáveres presentaron golpes y cortaduras. Se estima que tenían al menos 12 horas de muertos.
Del homicida-violador no se conoce nada. No hay una descripción exacta. Los vecinos aseguran que no era de la zona. Los funcionarios de la Policía científica, la Guardia Nacional, el Sebín y Poliplaza rastrean las barriadas adyacentes en búsqueda del responsable. La comunidad colabora con los policías; intenta encontrarlo primero para lincharlo.
Incremento de víctimas
En un 131,7 por ciento se incrementaron desde 1998 hasta 2009 los homicidios por arma de fuego en adolescentes entre 15 y 17 años, según una investigación realizada por Andrea Chacón y José Fernández, presentada ayer en la sede del Cecodap.
Los investigadores precisaron que las consecuencias de la violencia armada en niños, niñas y adolescentes se han incrementado. Expresaron que puede ser manejable, siempre y cuando las normas que se apliquen para controlarla incluyan el desarme y un estudio en cada zona para ubicar los agentes que la causan.
En la zona norte del país se concentra la mayor tasa de homicidios en adolescentes, a quienes hallan en zonas públicas, "sin siquiera haber recibido auxilio médico".
Desde que los uniformados localizaron los cuerpos de los dos pequeños, la zona fue tomada por efectivos policiales. Llegaron del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, de la Policía del Municipio Plaza y de la Guardia Nacional Bolivariana.
El operativo se mantuvo desde la noche del sábado hasta avanzada la noche de este domingo, cuando fue capturado el implicado. Se trata de un joven de 17 años, quien fue aprehendido por la Policía de Miranda cerca de las 7:30 pm.
Indicaron que habían dado con el arma usada en el crimen, un cuchillo con muestras de sangre que estaba en la casa del sujeto, ubicada en un sector vecino, pero apartado, llamado Guacarapa.
Según contaron algunos testigos, al parecer, el joven que quiso abusar de la niña tuvo un cómplice, pero eso, aún, no se ha establecido con seguridad.
La comunidad enardecida esperaba a la entrada del complejo donde llevarían al implicado. Pretendían linchar al hombre. "Hay unas cien personas más o menos. Con palos y piedras. Están indignados con lo que pasó", indicó un efectivo, cuando estaban en pleno operativo para ubicar al asesino.
Degolló a dos niños porque intentaron defender a su amiga
El agresor es un joven de 17 años quien intentó ultrajar a una niña MARÍA ISOLIETT IGLESIAS | EL UNIVERSAL Las manchas sin sentido, cada vez más densas, se regaban en la ropa de la niña de once años mientras corría. Adolorida, con las heridas abiertas, llegó hasta el módulo de la Guardia Nacional que está ubicado en la entrada de Ciudad Socialista Belén, Guarenas. Corrió poco menos de un kilómetro. Mientras recuperaba el aliento y aguantaba el ardor de aquellas rajas hechas en el cuello y en el pecho, pidió ayuda para su hermano y un amigo que se habían quedado un kilómetro más arriba con un hombre armado con un cuchillo. A las 7:10 de la noche de este sábado, un grupo de efectivos de la Guardia Nacional se llevó a la niña hasta el hospital del Seguro Social. Allí la estabilizaron y la trasladaron hasta el Pronto Socorro de la Gobernación de Miranda. Una vez asistida fue llevada hasta el hospital Domingo Luciani de El Llanito, pues requería de atención más especializada. En ese sanatorio se recupera. Su estado, se conoció, es estable. Otro grupo de militares se fue hasta el sitio que había indicado la niña de once años. Y ahí, adentro de una alcantarilla de la Terraza Cero, encontraron los cuerpos de los niños: uno de diez años y otro de nueve años. El menor era el hermano de la pequeña. Los dos habían sido degollados. La Terraza Cero, explicaron funcionarios policiales consultados, es un terreno grande, muy grande. En una zona se construye una universidad, en otra unos edificios; hay también casas improvisadas y bosque. Los tres niños, que vivían en el barrio, justo en la zona donde Ciudad Belén colinda con Nueva Casarapa, estaban buscando mamones en la zona boscosa, muy cerca de las construcciones. Poco antes de las 7 de la noche del sábado, un hombre tomó a la niña y la llevó, a la fuerza, hasta los matorrales; allí intentó forzarla. Ella luchó y el hombre, con el cuchillo que llevaba, la hirió. La acuchilló en el cuello y en el pecho. El hermanito de ella, y el amigo que estaba con ellos escucharon los gritos y lograron llegar hasta el sitio donde el hombre mantenía a la niña. Se lanzaron sobre la espalda de aquel maleante y lograron que liberara a la jovencita. Ella corrió, ellos se quedaron peleando. Cuando los efectivos de la Guardia Nacional llegaron, ya no había nada qué hacer por los niños. Operativo y captura