Un estimado de 15 muertos y 150 heridos han dejado esos eventos este año.
NATALIA MATAMOROS | ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
Aunque no existe una estadística oficial, este año un aproximado de 15 muertos y más de 150 heridos se han registrado en las llamadas "fiestas de negocios", organizadas en las barriadas de los municipios Sucre y Libertador.
Hace apenas una semana, hubo un encuentro del género que dejó como saldo tres fallecidos y 20 personas heridas en el sector La Vueltica de Petare. Antisociales en moto irrumpieron en la fiesta callejera en búsqueda de unos sujetos y efectuaron varios disparos. Los asistentes corrieron despavoridos y otros quedaron tendidos en el piso con las heridas provocadas por los vidrios de las botellas de las cervezas que se expendieron en el lugar y por los proyectiles.
Una habitante del sector Bicentenario de Petare, quien prefirió mantener su nombre en reserva, explicó que en el barrio organizan este tipo de fiestas una vez al mes. "En el callejón donde vivo al menos una vez al mes ocurren estas celebraciones. Por lo general, terminan en tiroteo", dijo.
De hecho, hace dos semanas hubo otra reunión similar y tuve que pagarle a uno de los organizadores 150 bolívares para entrar a mi casa a las 9:00 p.m. porque tenían la calle tomada y justo al frente se montó el espectáculo. Había luces, música a todo volumen, vendían cervezas, comida y droga. Hay festejos que incluyen strippers".
Refirió que en aquella oportunidad no hubo intercambio de disparos, pero que ella y los vecinos suelen trasladar a sus hijos a casas ubicadas en otras zonas más seguras para resguardarlos. "Vivimos en una angustia constante y no denunciamos esta situación abiertamente a la policía por miedo a que esos tipos se metan con nosotros".
Williams Contreras, subdirector de Polisucre, indicó que estas fiestas, denominadas "de negocios", son organizadas por líderes de bandas organizadas de los sectores populares y las hacen para recabar dinero.
Los fondos reunidos se invierten en la compra de armamento y droga para su comercialización.
"Para la cristalización de estos eventos se organiza toda una logística y aquellos que venden bebidas, comida y estupefacientes en la fiesta deben cancelarle a quienes la planifican una vacuna por el derecho de venta en el lugar. A los asistentes se les cobra entrada y en algunos casos pagan alquiler por el uso de baños portátiles que instalan".
Semanas antes del evento, los organizadores invierten en publicidad, reparten volantes y fijan carteles de convocatoria. El funcionario comentó que los fines de semana en barrios del municipio Sucre se organizan entre 15 y 20 fiestas similares con música a excesivo volumen. Un 30 por ciento de estos eventos son "de negocios".
"En Turumo, vía Caucagüita, el escándalo era tal que se escuchaba en la urbanización Miranda".
De manos atadas
Contreras manifestó que aun cuando existe una ordenanza que prohíbe la realización de eventos que atenten contra las normas de convivencia ciudadana y el orden público, se ha convertido en una tarea titánica controlarlos. "No podemos estar en todas las barriadas de Petare. Los funcionarios no se dan abasto para pernoctar en los más de 1.300 barrios que integran el municipio Sucre. Además, nuestros efectivos no tienen competencia en materia de orden público, sino la Policía Nacional y la Guardia.
Por su parte, el comisario Argenis Guillén, asesor de seguridad, indicó que en la organización de este tipo de actividades también están involucrados los "pranes" de los centros de reclusión. Hacen réplicas de los espectáculos musicales que celebran en los penales. "Se escogen zonas donde la policía no tiene acceso porque son intrincadas y están azotadas por las bandas. Se seleccionan calles amplias para el montaje de los festejos", dijo Guillén, quien agregó que a los organizadores no los capturan porque tienen poder en el barrio y saben que no van a ser atrapados.
Los organizadores además disponen de sujetos, llamados "gariteros" que se ubican en sitios estratégicos para alertar a los organizadores si hay algún funcionario de seguridad patrullando el lugar. Así, cuando ocurren tiroteos, los funcionarios del Cicpc llegan tarde a levantar los muertos, verificar secuelas de la balacera y a recoger los relatos de los hechos.
El municipio Libertador también es sede de este tipo de fiestas, especialmente en la parroquia Sucre. El pasado 26 de mayo, en el sector Nuevo Horizonte, hubo un "sarao" que dejó cuatro muertos y 10 heridos. "Los tiroteos se forman entre bandas rivales por lucha de poderes y por ajuste de cuentas".
Una habitante del sector El Limón de Catia, dijo que hace dos meses se organizó una fiesta similar en el barrio. "Hasta droga vendían y culminó a las 7:00 a.m. No pudimos dormir por el escándalo y el miedo a una balacera. Vinieron malandros de Petare y San Agustín".