A Danni Perdomo, presuntamente, lo mataron dentro de su negocio luego de enterarse de que sus trabajadores querían robarlo. Los homicidas huyeron con parte de la mercancía, pero antes amordazaron y golpearon al padre y a los hermanos de su jefe. Todos se hicieron los muertos para salvarse
Por Luisana González / laverdad.com
Todo lo planearon. A punta de mandarriazos, dos obreros ultimaron a Danni Alberto Perdomo Duno, de 40 años, dentro de su negocio, ubicado en el kilómetro 9 del municipio San Francisco. Luego de acabar con su vida, limpiaron la sangre, lo taparon con cauchos y fibra de vidrio. Los homicidas están evadidos.
Desconsolados, los Perdomo, sentados en una mesa de plástico frente a la morgue forense, contaron que su pariente salió de su residencia, situada justo detrás de la venta de metalmecánico, a las 7.00 de la mañana. Allí lo mataron minutos después de enterarse de que dos de sus trabajadores pretendían robarle la mercancía.
Larry Perdomo, hermano de la víctima, indicó que ese día que su hermano fue abrir el local. Donny Chávez Rodríguez y Miguel Durán, trabajadores de la tienda desde hace tres meses, ya estaban afuera esperando para entrar a trabajar. "Ellos estaban muy sospechosos desde tempranito. Presumimos que ellos son los responsables de la muerte de mi hermano".
Unos 15 minutos después de que Danni fuese abrir la santamaría del comercio, María Romero, su hermana, lo llamó para preguntarle unas cosas y él nunca le contestó, ya era tarde. La mujer al ver que no lo ubicaba se acercó hasta el lugar de trabajo y solo consiguió a los dos obreros limpiando el suelo con aceite. "Ellos le dijeron que no sabían qué se había hecho. Ahora caigo en cuenta que lo que estaban haciendo era limpiando la sangre que mi pariente derramó".
Búsqueda e impresión
María preocupada se marchó de la tienda y le contó a sus allegados que no conseguía a Danni y que tampoco le contestaba el teléfono. A la 1.00 de la tarde, Rafael Perdomo, dueño del local y padre del fallecido, salió del banco y se dirigió hasta la tienda, con dos de sus hijos para preguntarle a los trabajadores qué había pasado.
En la tienda Perdomo encontró a Rodríguez y Durán, de nacionalidad colombiana y a quienes habían contratado para realizar trabajos de soldadura y metalmecánica, dentro de la tienda con tres desconocidos. Al verse descubiertos se alteraron, atacaron al dueño de la metalmecánica y a sus acompañantes. Los amordazaron y lo golpearon hasta dejarlos inconscientes.
Los trabajadores y sus cómplices creyeron que estaban muertos y aprovecharon para llevarse todos los objetos de valor que consiguieran a su paso en un carro, del que se desconocen mayores carcterísticas.
Atados de mano esperaron hasta que unos clientes entraron a comprar unos repuestos y al verlos angustiados los auxiliaron. Los desamarraron y procedieron enseguida a llamar a la Policía. Luego los Perdomo al ver que Danni no aparecía revisaron todo el taller y no fue hasta las 6.30 de la tarde, que lo hallaron en la parte de atrás del local, desangrado y con el rostro irreconocible debajo de unos cauchos y fibra de vidrio. Al lado del cadáver estaban las dos mandarrias que utilizaron para asesinarlo. De sus asesinos no hay rastros.
5 hombres participaron en el robo a la venta de respuestos, ubicada en la vía a La Cañada
"Pido justicia porque lo mataron siendo inocente. Lo asesinaron porque él sabía sus planes de robo y dónde residía cada uno. Acabaron con mi hermano y se llevaron el dinero, repuestos y computadoras". Larry Perdomo. Hermano del occiso
Danni Alberto Perdomo Duno (40). Vivía detrás de su negocio, localizado en el kilómetro 9 vía La Cañada de Urdaneta. Dejó tres hijos huérfanos. Era el sexto de 10 hermanos.