A Miguel Insignares lo atacaron a las 7.15 de la noche, cuando caminaba por el centro comercial San Felipe. Los carretilleros fueron los únicos testigos. Ninguno intervenido ni buscó ayuda. Se limitaron a llevar a la víctima al Hospital Chiquinquirá
Por José Manuel Sánchez / La Verdad
A Miguel Eduardo Insignares Corrales, de 25 años, lo mataron como un héroe en el campo de batalla contra la delincuencia. El licenciado en Ciencias Políticas protegió a una amiga durante un atraco en el centro comercial San Felipe, en las inmediaciones de la avenida Libertador, y los delincuentes le perforaron el corazón con un puñal.
Las víctimas regresaban a sus casas a las 7.15 de la noche. Dos desconocidos les bloquearon el paso en la avenida 11 con la calle 100, parroquia Bolívar. La acompañante de Insignares se asustó cuando los delincuentes los amenazaron con un puñal, se desesperó y corrió hacia la Basílica. Uno de los atracadores quiso seguirla, pero el muchacho se interpuso.
El atracador insistía en perseguirla. Para amedrentar a Insignares, uno de los malandros le asestó su chuzo en el pecho. La víctima se sostuvo en pie hasta que vio a su compañera a salvo, recordaron los testigos.
Apenas el licenciado cayó a la carretera, los atracadores le requisaron los bolsillos. Se le llevaron la cartera y el celular, solo le dejaron un bolso porque su cuerpo lo tapó al caer inconsciente; y huyeron.
Al herido lo trasladaron en una carretilla al Hospital Chiquinquirá. Según el reporte médico, ingresó muerto. El ataque fue fulminante.
Indignante
Los carretilleros que estaban cerca de la avenida vieron todo, pero no hicieron nada para impedirlo. Nadie vio más a la joven. Pero trascendió que, al menos, físicamente se encontraba bien.
Los familiares del occiso explicaron que el pasado viernes a las 6.00 de la tarde el joven salió de su trabajo en una venta de jugos en la calle 78A, Doctor Portillo, con dirección al centro. Iba con la joven a quien la acompañó para que se sintiera segura. Según relataron esa era una actitud distintiva de Insginares, ayudar al necesitado y apoyar en los momentos difíciles.
La víctima residía en el sector La Paz, de la parroquia Cecilio Acosta, en la capital marabina. Era profesional universitario y pretendía sumar un segundo título a su currículo al cursar la carrera de Ingeniería en Computación en una institución privada de la ciudad. El año pasado egresó de La Universidad del Zulia con el título de licenciado en Ciencias Políticas.
Sus allegados indicaron que era un excelente músico y que tenía destreza para ejecutar varios instrumentos como la guitarra y el teclado. Era el segundo de tres hermanos.
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