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20 de septiembre de 2014

La vida por un Samsung Galaxy y un IPhone. Dos asesinatos en un día


Mataron a encargado de salón de belleza para robarle un celular. La víctima se resistió a entregar el teléfono y los delincuentes que iban en una moto le dispararon.

THABATA MOLINA | EL UNIVERSAL

El viernes en horas de la tarde mataron a Jouberth Gallo, de 23 años, frente al bloque 15 del 23 de Enero, para robarle el teléfono celular Samsung Galaxy.

La víctima trabajaba como encargado del Salón de Belleza Julio César , ubicado en el Centro Ciudad Comercial Tamanaco. Ayer salió más temprano porque tenía malestar estomacal.

El hecho ocurrió a las 5:00 de la tarde, cuando Gallo estaba en la parada de los autobuses y fue abordado por dos hombres que iban en una moto. El parrillero le pidió el teléfono y la víctima forcejeó para no entregarlo.

Le dieron un tiro en el abdomen. La víctimas fue trasladada hasta el hospital Jesús Yerena, de Lídice, donde falleció.

Se tarda en entregar su iPhone a un malandro y lo matan

Renny Oliveros, estudiante de 17 años, esperaba un carrito en la parada de Santa Rosa de Agua cuando un delincuente llegó a robarlo. La víctima cursaba el último año de bachillerato. Su sueño era ser policía. Aún se desconoce la identidad del homicida. Se presume que sea un azote del sector

Por José Manuel Sánchez / La Verdad

Por un iPhone con la pantalla rota mataron a Renny Alejandro Oliveros Villalobos, estudiante de 17 años, en la parada de porpuestos de Santa Rosa de Agua. Según la Policía, el delincuente le exigió que entregara el teléfono, por los nervios, el cable de los audífonos se le enredó en el bolsillo, su retraso molestó al atracador y le disparó en un costado.

El muchacho no murió en el sitio. Exhaló su último aliento a dos cuadras de la emergencia del Hospital Coromoto a donde lo llevaron tras recibir el balazo. Quienes llegaron a retirar el cadáver en la morgue no quisieron identificarse por razones de seguridad y mucho menos que fotografiaran sus rostros. Temen represalias.

La Policía contó que el homicidio ocurrió precisamente en la parada de los "carritos" de El Milagro, cuando el joven hacía la cola para ir al casco central de la ciudad. Era la 1.00 de la tarde del pasado jueves. El muchacho y sus acompañantes tenían unos 10 minutos en el lugar, un desconocido se paró a su lado, discretamente lo apuntó con un arma en el costado y le exigió el teléfono.

Al parecer el adolescente no se negó a entregar sus cosas. El cable de los audífonos que le guindaba alrededor de su cuello delataba la presencia del aparato celular y fue eso lo que el delincuente pidió. "Él utilizaba ese pedazo de teléfono, más que todo, para escuchar música", comentó un conocido de la víctima.

El adolescente intentó sacar el celular, pero los nervios y lo ajustado del bolsillo del pantalón no se lo permitieron. El asaltante se disgustó por la tardanza, retrocedió un paso y disparó en una única pero certera oportunidad. El muchacho cayó y la misma conmoción no permitió a que los testigos vieran por dónde y cómo huyó el homicida del sitio.

Tras despabilarse del susto, los transeúntes cayeron en cuenta que debían llamar los servicios de emergencia. Al joven lo trasladaron al Hospital Coromoto. A dos cuadras de la emergencia, Oliveros falleció. Sus amigas les dieron la mala noticia a los parientes, quienes se encontraban trabajando.

La víctima esperaba por el inicio de clases para cursar su último año de bachillerato. Residía con sus padres en el barrio Altos del Milagro. Sus pasos a seguir, luego de culminar la educación secundaria, eran postularse para estudiar en la academia de la Policía científica, donde actualmente se encuentra uno de sus hermanos.


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